sábado, 12 de octubre de 2013

Incitatus, el cónsul caballo

Mí primera entrada la voy a dedicar a curiosidades históricas y para ésta he seleccionado una anécdota de unos de los personajes más curiosos que nos ha proporcionado la historia,  Calígula. Éste fue un emperador romano que gobernó entre el 37 y el 41 d.C. Se le recuerda por su gran extravagancia y por su desmesurada crueldad, llegó incluso a autoproclamarse Dios.

Una de sus decisiones más polémicas durante su gobierno fue el nombramiento como cónsul de Bitinia (territorio al norte de Turquía) a su caballo. Incitatus provenía de Hispania y pronto logró captar la atención de su dueño al lograr grandes victorias corriendo en el circo de Roma. 

Calíguala le construyó unas caballerizas de mármol con pesebres de marfil, pero posteriormente le concedió toda una villa, con grandes jardines y 18 sirvientes para su mantenimiento y cuidado.  Incitatus además tenía el honor de llevar vestimentas de color púrpura (color reservado únicamente a la familia imperial), joyas de alto valor y piedras preciosas. Incluso llegó a formar parte de grandes banquetes en los que disfrutaba de deliciosos manjares.


   
  Estatua de Calígula montando a su caballo Incitatus


Llegaba a tal estribos la devoción del emperador por su caballo, que la noche previa a la carrera de éste se decretaba silencio general en toda Roma en el que ningún ciudadano lo podía violar bajo pena de muerte.

Las fuentes mencionan que en sola una ocasión, Incitatus, perdió una carrera. Tras ésta, Calígula ordenó al verdugo que mataran al auriga (esclavo o liberto que conducía el carro) lentamente para asegurarse así su sufrimiento.  

Sin embargo, existen varias interpretaciones de este exagerado comportamiento llevado a cabo por Calígula hacia su caballo. Algunos achacan estas decisiones a la gran enfermedad que debía de tener el emperador ya que no es muy racional nombrar cónsul a un caballo. Otros creen que este nombramiento tenía como intención menospreciar las instituciones y al senado de Roma

Lo cierto en esta historia es que es inédito que a un caballo se le otorgue poderes políticos y grandes privilegios. No me puedo hacer a la idea de ver a un caballo ocupando un puesto en un gran banquete donde se encontraban las personas más importantes de Roma. Aunque pretendiera mofarse del senado, muy en sus cabales no debía de estar ese Calígula para poder llevar a cabo dichas acciones.

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